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Espino (árbol de mayo) |
Agua, fuego, luz y suerte... Bealtaine, una de las tradiciones más antiguas de Irlanda, representa tanto la herencia cristiana como la pagana de Irlanda. Se menciona en algunas de las primeras literaturas irlandesas y se asocia con acontecimientos importantes de la mitología irlandesa.
Considerado como el comienzo del verano celta y celebrado en el mes de mayo, se consideraban muchos rituales para traer buena suerte a los hogares, utilizando todos los elementos. Bealtaine significa "fuego brillante" y muchas personas cultivaban y plantaban árboles a menudo, ya que se decía que la nueva estación animaba a la naturaleza a florecer durante esta época.
Los incendios suelen ser la forma más evocadora de celebrar las tradiciones antiguas y Bealtaine no es diferente. Había muchos rituales alrededor de las hogueras y en algunos lugares la gente caminaba alrededor de la hoguera y saltaba sobre las llamas. El simbolismo era quemar y limpiar las influencias que se consideraban destructivas, marcando un nuevo comienzo de año en la granja.
A menudo había una razón práctica para algunos de estos festivales y Bealtaine no es diferente, ya que marcó el regreso de la luz. Tener estos momentos en el calendario les dio tranquilidad y les recordó a los agricultores cuándo cosechar y cuándo sembrar.
Además de la tradición de los incendios en los patios de granja, Bealtaine también celebraba las flores y la naturaleza y era y sigue siendo una época en la que la gente iba de un lado a otro recogiendo las flores del espino, también conocido como espino blanco o árbol de mayo. El espino ayuda a abrir el corazón al amor y a dar coraje a quienes se sienten vulnerables. En algunas partes de Irlanda la gente hacía un arbusto de mayo, normalmente a partir de un arbusto espinoso, y lo decoraba con flores, cintas y conchas.
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Pozo Santo en Cork, Irlanda |
Bealtaine era una época para visitar pozos sagrados y esta tradición aún continúa en muchos lugares. Se decía que el rocío de Bealtaine aportaba belleza y mantenía la juventud. En puertas y ventanas también se colocaban tradicionalmente flores amarillas y blancas como prímula, espino, serbal, aulaga, avellano y caléndula.
En el siglo XIX, el folclorista Alexander Carmichael recopiló una canción conmovedora llamada Am Beannachadh Bealltain ("La bendición de Bealtaine")
Beannaich, a Thrianailt fhioir nach gann, (Bendice, oh triple, verdadero y generoso)
Mi fein, mo cheile agus mo chlann, (Yo, mi cónyuge y mis hijos)
Mo chlann mhaoth's am mathair chaomh 'n an ceann, (Mis tiernos hijos y su amada madre a la cabeza,)
Air chlar chubhr nan raon, air airidh chaon nam beann, (En la fragante llanura, en el alegre refugio de la montaña,)